¿Y si no quiero un trabajo como dios manda?
- guadamkg
- 22 abr 2017
- 4 Min. de lectura
En este artículo no vas a leer nada sobre Marketing digital, ni sobre internet, ni redes sociales, ni nada sobre lo que haya escrito previamente.
Voy a dedicar unas líneas a reflexionar sobre el trabajo, y cómo las personas afrontamos nuestro futuro laboral siguiendo una serie de pautas que parecen ser las correctas cuando comenzamos nuestros estudios, pero que con el tiempo vas descubriendo que hay mucho más.
Estudia para ser alguien el día de mañana.
¿Quién no ha oído esta expresión?, yo incluso la he dicho varias veces, y pienso que tiene tanto de verdad, como de mentira. Me explico.
Es cierto que durante nuestra juventud tenemos que estudiar, tenemos que progresar en nuestra vida por medio del conocimiento, pero no de cualquier manera. Si yo no estuviera interesado en absoluto en la filosofía, es normal que me cueste ponerme a estudiar los ensayos de Platón.

Y si encima me gusta la agricultura, todos esos papeles no tienen cabida dentro de mi cabeza, en lo único que pienso es en salir al campo, ver cómo funcionan los tractores y leer libros sobre abonos y pesticidas.
Y, si decido ser agricultor, ¿No voy a ser nadie?
Un agricultor suele ser un trabajador por cuenta propia, que vive muy lejos de los hábitos de una gran ciudad. Alguien que ha decidido olvidarse de conseguir un trabajo para labrarse el suyo, nunca mejor dicho.
Entonces ¿Qué es un buen trabajo?, ¿Cómo mido si un trabajo es bueno?, ¿Tengo que centrarme en el suelo, el horario, o el esfuerzo físico? Yo pienso que un buen trabajo es hacer lo que quieres hacer, lo que te apasiona.
No sé si os habrá pasado a vosotros, pero los conocimientos más valiosos que conseguimos en la vida no suelen llegar en la escuela, sino que te los brinda la experiencia.
Con esto no quiero decir que los jóvenes tengan que dejar de estudiar, al contrario, tienen que estudiar, y mucho, pero sobre lo que les apasiona, sin miedo a que su pasión sea distinta a la del resto.
Mi actual trabajo no ha llegado por medio de los libros de la Universidad, sino que he sido yo quien ha decidido pasar horas y horas en frente del ordenador queriendo saber más.
Siempre me han gustado los ordenadores, Internet, el mundo digital, Photoshop, editar vídeos, y todas esas cosas que hacían que hace 10 años perdiese el tiempo que debería estar empleando en estudiar Filosofía.
Hoy, toda esta pérdida de tiempo, se ha convertido en mi pasión, en mi ilusión por dedicarme a lo que de verdad me gusta. Yo no quiero un trabajo decente, donde mi única ilusión llega a través del banco a final de mes. Yo quiero demostrarme a mí mismo que puedo ser más que un número dentro de una gran empresa, puedo ser el número 1 de mi propia empresa.
Y aquí tenemos el dilema, ¿qué prefieres ser, rey o rico?
Hace algún tiempo, una de las personas que más controlan sobre emprender en España, Javier Megías, a quien conozco personalmente y os recomiendo que leáis su blog , propuso este ejercicio de reflexión en una de sus ponencias.
Los que quieren ser ricos les interesa el dinero más que su propia estabilidad personal, trabajan largas horas sin apenas descanso para conseguir un buen sueldo a final de mes. Su trabajo se ha convertido en su razón de vida y son felices así.
El que quiere ser Rey, por el contrario, trabaja sin aspiraciones a forrarse, simplemente por el mero hecho de obtener una sencilla contraprestación a su trabajo. Prioriza su vida personal frente a su trabajo, sin que esto quiera decir que no trabaje nunca.
No hay una postura mejor que la otra, son diferentes sensaciones de entender la vida.

Yo quiero ser rey, quiero trabajar sabiendo que nunca llegaré a tener un Ferrari aparcado en la puerta, y no me preocupa, sigo queriendo ser rey.
Y por todo esto decidí emprender, porque creo que mi lugar no está contabilizando facturas y recibiendo un salario justo y muy digno a final de mes.
Mi lugar está en luchar por obtener los primeros clientes, deprimirme cuando no llegan, saltar de alegría cuando llega el primero, y trabajar sin descanso para seguir progresando.
Es muy probable que mi empresa fracase, de hecho más de la mitad de las nuevas empresas lo hacen, pero lo que tengo muy claro es que yo no voy a fracasar, porque al final de esta aventura podré decir que he aprendido muchísimo y he perseguido mi sueño, ¿eso es fracasar?
Por último, quiero pedir disculpas a los que se sienten perseguidos por GuadaMarketing, a los que cada vez que abren Facebook tienen que ver un artículo que, probablemente, no les interese en absoluto.
Y también tengo que dar las gracias a los que, a su vez, lo comparten, me felicitan, me animan para seguir adelante. Sin vosotros hoy sería más rico, pero menos Rey.
Y tú, ¿Qué prefieres ser? deja tu comentario.
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